Así nació el penal “a lo Panenka”
Todos recordamos el penal del “Loco” Abreu para clasificar a Uruguay a las semifinales del Mundial de 2010, pero seguramente algunos no sepan cómo nació esa forma de ejecutar la pena máxima. Fue en la Euro 1976 y hoy repasamos la historia.

En Europa es común escuchar el término “a lo Panenka” cuando un futbolista “pica” la pelota en una definición por penales, al estilo de Sebastián Abreu ante Ghana en Sudáfrica 2010.
Pero en América pocos conocen quién es Antonín Panenka, el inventor de la técnica de ejecutar la pena máxima de esa manera. Por eso, vale la pena repasar su historia.
UN PENAL QUE VALIÓ LA EUROCOPA
Debemos remontarnos al 20 de junio de 1976, a la final de la Eurocopa entre Checoslovaquia y Alemania Federal, que se disputó en Belgrado, por ese entonces capital de Yugoslavia.
El tiempo reglamentario terminó 2-2, con un gol del alemán Hölzenbein a los 89 minutos.
Esa anotación fue un mazazo para la moral de los checos, que resistieron a duras penas en el alargue para forzar los penales.
En la definición desde los 11 metros, no hubo fallos hasta el octavo lanzamiento, cobrado por el alemán Uli Hoeness, por lo que el quinto remate de los checos podía valer el título.
El encargado de ejecutar era un desconocido centrocampista del Bohemians de Praga: Antonín Panenka.
El futbolista de 27 años agarró la pelota y se preparó para consumar un remate que rompería los dogmas del fútbol y se convertiría en leyenda.
LA EJECUCIÓN
Panenka tomó impulso como para ejecutar con violencia, pero al llegar al balón, remató en forma bombeada y al centro del arco, para sorpresa de todos.
La “vaselina” dejó desairado al arquero alemán Sepp Maier y transformó a Checoslovaquia en campeón de Europa.
Pero esa forma de ejecutar no fue un impulso del momento… Panenka llevaba más de un año ensayando el lanzamiento. Lo hacía regularmente en los entrenamientos del Bohemians.
La idea surgió en su cabeza casi por azar. “Con nuestro arquero Zdenek Hruska apostábamos regularmente pequeñas cantidades de dinero, una cerveza o un chocolate en cada penal. Zdenek se tiraba sistemáticamente hacia uno de los palos y solía detener mis tiros. Hasta que un día, pensé en engañarlo con un remate suave al medio del arco. Y resultó”, confiaría Panenka años más tarde.
Pero una cosa era ejecutar de esa manera en una práctica y otra muy distinta era hacerlo en una final continental. “Cuando me dijo cómo iba a rematar, casi me da algo, porque enfrente estaba Sepp Maier, el mejor portero del mundo”, comentó el portero checo Viktor, quien intentó disuadir a su compañero, sin éxito.
El penal “a lo Panenka” pasó a ser marca registrada y fue copiado por los grandes futbolistas de todo el mundo. Zinedine Zidane, por ejemplo, eligió ejecutar de esa forma el penal que convirtió en la final del Mundial de 2006, en el que sería su último partido como profesional.
A Panenka se lo recordará por siempre por su sangre fría para ejecutar un penal de una forma inimaginable, en una época donde era muy difícil ir en contra de lo convencional.
El checo no tenía el talento de Maradona ni la jerarquía de Zidane, pero nada de eso le hizo falta para grabar su nombre en la historia del fútbol.
Categorías