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En 1993, Uruguay se transformó en la primera víctima del “gol de oro”

Seguimos con el repaso de la historia celeste en los Mundiales Sub 20. En esta cuarta entrega nos enfocamos en el evento desarrollado en Australia en 1993.

Uruguay perdió 1-2 ante Australia en los cuartos de final del Mundial de 1993.
El gol decisivo llegó en el alargue y fue el primer “gol de oro” de la historia.

Para el Mundial Sub 20 de 1993, la FIFA decidió instaurar la ley del “gol de oro” por primera vez en la historia. Dicha definición -hoy perimida- entraba en vigencia en los alargues de las rondas eliminatorias. ¿En qué consistía? Sencillo: el que anotaba el primer gol en la prórroga, se quedada automáticamente con la victoria.

El 13 de marzo se enfrentaron Australia (el local) y Uruguay por los cuartos de final del torneo. Fue un partido muy áspero, donde los anfitriones emplearon el juego brusco como herramienta para frenar al inspirado Fabián O’Neil, la figura celeste.

Los 90 minutos terminaron 1-1. Y a los 10’ de comenzado el tiempo suplementario llegó el esperado “gol de oro”.

La regla era tan nueva, que cuenta la leyenda que uno de los jugadores más aguerridos del equipo charrúa agarró la pelota y, dirigiéndose a la mitad de la cancha, intentó animar a sus compañeros. “Vamo’ arriba que lo empatamos”, dijo. Pero la suerte ya estaba echada.

Uruguay había ilusionado a todos con sus buenas actuaciones. El equipo de Ángel Castelnoble jugaba realmente bien, lo que provocaba que en cada partido creciera la expectativa de llegar lejos. 

Uruguay tuvo un grupo complicado, que integraban el vigente campeón mundial de la categoría (Portugal), un africano poderoso (Ghana) y un histórico (Alemania).

Pese a ello, la Celeste ganó la serie, tras empatar 1-1 con Ghana en el debut, y vencer 2-1 a Portugal y 2-1 a Alemania.

En la siguiente instancia (cuartos de final), hubo que enfrentar a Australia.

Uruguay dominó el partido, llegó al gol de apertura por intermedio de Sergio Sena (21’) y estuvo cerca de aumentar la cuenta. Australia empató con una pelota quieta (59’) y en el alargue, y con un cabezazo de pique al suelo, el conjunto de Oceanía pulverizó la ilusión celeste.

El golpe fue durísimo y no todos lo asimilaron de la mejor forma: algunos jugadores celestes intentaron agredir al árbitro y después rompieron parte del vestuario.

La sanción fue tan dura como la derrota: la FIFA excluyó a Uruguay del siguiente Mundial (1995), impidiéndole participar en el Sudamericano de la categoría.

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