El fútbol está de luto: murió Maradona
El astro argentino sufrió un paro cardiorrespiratorio en su casa de Tigre, provincia de Buenos Aires. Tenía 60 años.

El mundo del fútbol quedó conmovido en esta jornada con una noticia impactante: el deceso de Diego Armando Maradona, uno de los jugadores más espectaculares de la historia.
El “10” había sido operado de un coágulo en la cabeza a principios del mes y en esta jornada padeció un paro cardiorrespiratorio que acabó con su vida.
Mucho se ha escrito (y hablado) de Maradona, cuya adicción a las drogas acaparó tantos portadas como su depurada técnica y habilidad con la pelota.
Pero a la hora de recordarlo, vale referirse exclusivamente a lo deportivo.
Al cabo, construyó su idolatría con el esférico en los pies y con su capacidad de ser líder tanto dentro como fuera de la cancha.
LOS COMIENZOS
El futbolista más popular de la historia argentina nació el 30 de octubre de 1961 en Lanús, aunque todos lo identifiquen como el “Pelusa” de Villa Fiorito, donde transcurrió su infancia y desde donde saltó a la fama.
Su romance con la pelota nació a los nueve años, cuando comenzó a mostrar su incipiente categoría en “Los Cebollitas”, un equipo de baby fútbol.
Maradona debutó en Primera División en 1976 con la camiseta de Argentinos Juniors, diez días antes de cumplir 16 años.
Jugó en el equipo de La Paternal hasta 1980 y, si bien no ganó ningún campeonato, se consagró goleador en 1978, 1979 y 1980.
En 1981 pasó a Boca Juniors, el equipo del que era hincha, y ese mismo año ganó la liga argentina.
EL SALTO A EUROPA
El desembarco de Diego en el Viejo Continente -el destino natural de las grandes promesas del fútbol sudamericano-, se daría en 1982, cuando Barcelona de España pagó por él una cifra astronómica para la época: 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros).
Con el conjunto catalán, Maradona ganó la Copa de la Liga (1983), la Copa del Rey (1983) y la Supercopa de España (1984).
En 1984, el “10” fue adquirido por Napoli de Italia a cambio de 1.185 millones de pesetas.
Y Maradona transformaría para siempre al humilde club del sur italiano, con quien ganaría dos Scudettos (1987 y 1990), una Copa de la UEFA (1989) y una Supercopa de Italia (1991).
En la temporada 1992/93, Diego recaló en el Sevilla de España y a finales de 1993 regresó a Argentina para defender a Newell’s de Rosario.
El cierre de su carrera sería en su amado Boca Juniors, al que retornó en 1995 para anunciar su retirada definitiva en octubre de 1997.
CON LA SELECCIÓN ARGENTINA
Vistiendo la camiseta de la selección, Maradona ganó el título mundial sub 20 en Japón 1979, donde mostró destellos de su magia.
Con la selección mayor, el “10” disputó cuatro mundiales: España 1982, México 1986, Italia 1990 y Estados Unidos 1994.
En la Copa del Mundo de 1986, Maradona llegó al cenit de su rendimiento: fue campeón y se quedó con el Balón de Oro al mejor jugador de la competencia.
Su influencia en el éxito del equipo albiceleste fue superlativa, como nunca se había visto (ni se vería) jamás.
En 1990 y disminuido físicamente, Maradona también sería clave para llevar nuevamente a Argentina a la final del Mundial, aunque esta vez debería conformarse con la medalla de plata.
LOS ÚLTIMOS AÑOS
Retirado de la práctica activa del fútbol, ejerció como entrenador, comentarista deportivo y presentador de televisión.
Y pese a ser centro de múltiples polémicas, Maradona nunca perdió su condición de ídolo en su país.
Su zurda mágica le reportó un lugar privilegiado en el mundo del fútbol.
Por eso, hoy la pelota está de luto. Porque perdió a uno de los futbolistas que mejor supo tratarla.
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